“Dicen que estamos hechos de lo que pensamos, de lo que comemos, de lo que oímos de lo que sentimos, de lo que palpamos…en mi casa siempre ha sido el flamenco muy de cerco, si no estaba predestinada, pues si tenía la ventaja de que allí se escuchaba todo eso y aprendí a valorarlo”, afirma Estrella Morente, aclamada cantaora de flamenco de Granada, España.
Morente es hija del maestro cantaor Enrique Morente y de la bailaora Aurora Carbonell, además de ser nieta del guitarrista Montoyita y sobrina del cantaor Antonio Carbonell y el guitarrista José Carbonell. Comenta por teléfono desde Madrid lo que es haber nacido en el seno de una familia dedicada a ese arte español icónico: “Doy las gracias por haber nacido en casa en la que se venera el arte y de que sigue enriqueciéndose de él y por él. Yo pertenezco al flamenco”.
Precisamente se encuentra ella en la capital española para asistir a un evento que es evidencia del efecto de su casa en el país y en el mundo, el estreno de una exposición de escultura y pintura de su madre en memoria a su padre quien falleció sorpresivamente en el 2010. Aunque parte de la manifestación del dolor de la viuda Aurora, además de ser expresión relativamente nueva para ella, explica Morente que para todos ha sido “…un descubrimiento fantástico–ha sacado de su espíritu y su alma una obra maravillosa”. Más no le sorprende, dice, “Todos tenemos esa búsqueda, esa iniciativa. No cabe duda que en mi casa hay aprecio por la cultura y por el arte por la pintura, la música”.
Su padre también fue figura primordial en Autorretrato, la última grabación de la cantaora. El concepto del álbum fue concebido por él mismo y de hecho pudo participar en la producción hasta pocos días antes de su muerte. Y de manera similar a como lo llegara a hacer su padre, innovando al fusionar el flamenco con otros géneros, las canciones de la hija incorporan músicos invitados como Michael Nyman, Pat Metheny, Paco de Lucía, Tomatito y Vicente Amigo e incluye no solo estilos flamencos, sino ritmos caribeños y un requiem.
Detalla Morente esa profunda influencia de su querido progenitor que se refleja en la grabación de Autorretrato, “Mi padre me hizo libre, respetando lo más hondo, respetar y saborear lo clásico pero entender lo contemporáneo. Añade con tristeza, “Se nos quedó casi al final, en un camino interrumpido por una tremenda tragedia inesperada e injusta”.
Además, declara que dicha grabación es de manera especial, testimonio de una incondicional devoción a su arte, “Autorretrato es mirada al interior, mi agradecimiento a la música y a lo aprendido hasta ahora. Porque la gratitud y cariño y todo sacrificio es poco para estar a la altura de los momentos que he vivido. A la gente le apetece escuchar y eso ya es mucho hoy día. Estoy orgullosa de pertenecer a un arte que cuando se exprese de manera sincera llega a cualquier parte del mundo. Para mi es un tesoro”.
Foto: Miguel Angel Fonta V
Article originally published in Hoy (Tribune Media)