LAMC 2015 en la ciudad de Nueva York
La Conferencia de Música Latina Alternativa celebró su ‘sweet sixteen’
Una de las enormes ventajas de ser latina en los Estados Unidos es que puede celebrar una magna fiesta como quinceañera y al año siguientem disfrutar de otro gran party, o sea la celebración de sweet sixteen, el equivalente anglosajón en cuanto a la primera fiesta de la jovencita como adulta.
Y así lo hizo la conferencia anual de música latina alternativa (LAMC por sus siglas en inglés) que después de celebrar sus quince años en el 2014, este año celebró que desde hace dieciséis años cumple con su cometido de presentar “rock, hip hop, electrónica, funk, punk y todo lo que queda de por medio”.
En la edición actual realizada del 7 al 11 de julio, como en otras, llegaron a participar en el LAMC en la ciudad de Nueva York varios miles de artistas, miembros de la industria y aficionados a las diversas corrientes que caben fácilmente dentro de este amplio espectro musical que promete la conferencia.
Durante el día, hubo stands con compañías disqueras y productos musicales. Además, se realizaron paneles y seminarios dedicados a temas como los retos a los que se enfrenta la industria en este nuevo mundo del streaming, digitalización y globalización.
Mas el epicentro energético de los cinco días de la conferencia son las decenas de conciertos celebrados en diversas localizaciones de la ciudad, los cuales le ponen marcos extraordinarios a la música.
A continuación les compartimos algunos momentos especiales y nuestros artistas preferidos de la experiencia del LAMC del 2015. Además, en Beat Latino (beatlatino.com) encontrarán recopilaciones de la música de varias de las ediciones del LAMC.
Highline Ballroom
Hubo varias noches de conciertos en el Highline Ballroom, y en la primera destacó la música de Centavrvs. En manos de este hábil grupo de músicos, las canciones clásicas de la revolución mexicana y del repertorio popular mexicano hallan nueva vida entre lo folklórico y lo electrónico, por lo cual sus miembros, oriundos de Torreón y el D.F., denominan sus composiciones “regional mexicano electrónico”.
También se presentó en el Highline Ballroom la banda puertorriqueña Buscabulla, quien fue seleccionada este año para recibir el premio “Discovery Award”. La música de Buscabulla, integrada principalmente por Raquel Berríos y Luis Alfredo Del Valle, encuentra un punto común entre su legado de la salsa gorda, las influencias del rock argentino que les interesan y los ritmos tropicales de la isla. El resultado es una música fresca de formas y texturas que de alguna manera nos recuerdan un modernismo tropical y a la par revelan estructuras musicales que se benefician de alguna manera de los estudios de arquitectura y diseño de Berrios.
SOB’s
En la noche de actuaciones acústicas en el club nocturno SOB’s en Manhattan, presenciamos la obra de varios de los artistas que llegaron al LAMC. Esta es una de mis noches preferidas, ya que da gusto escuchar la música reducida a sus elementos mínimos y más elegantes: el artista, su voz, y un que otro instrumento (casi siempre, la guitarra).
Fue una velada en la que le encontramos el lado dulce y más delicado al sonido bluesero de los rocanroleros bogotanos Diamante Eléctrico, cuyo primer álbum fue el primero en su país en ser lanzado a través de plataforma de crowdfunding. También lució en el escenario su maravillosa voz la puertorriqueña Raquel Sofía, cuyo material de repente alcanzaba una vertiginosa emocionalidad al estilo de Amy Winehouse.
Pioneer Works
Hubo varios conciertos extraoficiales en los cuales también nos tocó descubrir tanto nuevos sonidos. En Pioneer Works, un maravilloso espacio de una parte algo recóndita de Brooklyn que es una fábrica convertida en escenarios y jardines, la disquera Barbés presentó un concierto extraoficial con Los Wemblers de Iquitos, Perú. Este veterano grupo de la psicodélica y rocanrolera chicha peruana de la década de los setenta en ese país, integrado por los cinco hermanos Sánchez, dio un concierto inolvidable que fue testimonio de que la buena música trasciende espacio y tiempo. Añadió de manera muy especial al concierto la producción de arte gráfico relacionado con la chicha que fue creado en vivo por el maestro Monky.
Nublu
En este pequeño espacio que se encuentra en el distrito del Lower East Side de Manhattan, en el cual normalmente uno halla música punk, se presentaron de manera extraoficial varios de los artistas latinoamericanos que visitaban la ciudad con motivo del LAMC. Entre ellos, fue encantadora la serie de canciones que nos ofreció el dúo cantautor Alejandro y Maria Laura, oriundos de Lima. Esta pareja (casada en la vida real) con sus arreglos intrincados, delicadas armonías y toques un poco peculiares es extraordinario ejemplo del movimiento neo-folklórico que surge en la capital de Perú.
Central Park Summerstage
En el centro de este parque icónico de la ciudad, el escenario de Summerstage presentó varios conciertos como parte del LAMC 2015. Summerstage es un gran escenario al aire libre donde realmente solo puede uno quedarse de pie, detalle que nos importó poco a los presentes ya que Systema Solar con su electrónica colombiana cumbiera nos tenían baile que brinque con gran entusiasmo. El baile siguió candente con la presentación de Compass, integrado por Camilo Lara (Mexican Institute of Sound) y el DJ regiomontano Toy Selectah. Cierto que la combinación de estos reconocidos artistas a ratos perdía cierta originalidad que normalmente manifiestan cuando crean música de manera independiente, pero lo que sí es Compass nunca perdió de vista los ritmos que de manera irresistible incitan al baile.
Quedó claro en la edición decimosexta del festival que el LAMC sigue ofreciendo una excelente manera de descubrir nuevos talentos y a la vez volver a descubrir los talentos de artistas maduros quienes brindan una perspectiva veterana a lo que significa presentar una alternativa musical indie ‘a lo latino’.
De nuevo concluimos que cada año el LAMC nos recuerda que en todos nuestros países latinos vamos forjando una identidad cultural única y propia que muestra una perspectiva extraordinaria: seguimos felizmente arraigados en nuestro pasado y a la vez completamente situados en la modernidad del presente.